Intenté escribir este post y condensar en pocas palabras
toda la indignación, rabia y desesperación, que hubo en mi haces unas horas
cuando leí un tweet bastante desafortunado y entonces me pare a pensar y me
dije bueno Paulina en realidad da igual, qué más da lo que piense una persona a
miles de Kilómetros de ti ….¿En realidad te importa la opinión que pueda tener
sobre el maquillaje y las mujeres un hombre al que no conoces y probablemente
jamás conocerás? Lo pensé y lo cierto es que me da igual, sino le gusta el
maquillaje a mi me da igual…
Pero entonces reflexioné y me di cuenta que pertenezco a un
colectivo que durante milenios ha estado sometido, y pensé en todas esas
mujeres que no tuvieron la oportunidad
de defenderse, y siento que es mi obligación moral hablar alto porque ellas no
se jugaron el pellejo para que yo ahora me calle.
Para entender todo esto habría que retrotraerse a un famoso
tweet, que en las últimas horas ha causado polémica, entiendo, porque intento
ser coherente y justa, que el autor quería ser crítico con lo que se puede llamar la
dictadura de la imagen que se vive en la sociedad actual pero que al hacerlo cae en el inequívoco de relacionar
eso con la mujer y entonces todo se
difumina y te ves con el prolegómeno de no saber si está hablando de eso o del
sometimiento del sexo femenino en la sociedad actual.
Si es el primer caso y el tweet hace referencia a la
dictadura de la imagen, el hecho de relacionarlo con la mujer es un metedura de
pata de dimensiones gigantesca, ¿Cuándo los hombres se dejan la barba no lo hacen por su imagen? ¿Cuándo
un hombre se tatúa no lo hace por su imagen? Desafortunadamente los trastornos
alimenticios lo sufren tantos hombres como mujeres, es más los primeros tienen
que vivir con un hándicap porque sufren “una enfermedad de mujer”, así que si
este es el debate, no hagamos divisiones por razones de sexo porque hay
situaciones en los que nuestros genitales no marcan la diferencia.
Si por el contrario hacía referencia al maquillaje y los
tacones, como un motivo de sometimiento femenino, entonces es mi deber como
miembro del colectivo mencionado dejar algunos puntos claro:
En primer lugar, tengo que señalar que no deja de resultar paradójico
que alguien que jamás sabrá lo que es la marginación por sexo, nos haga un
resumen en 140 caracteres del motivo, porque para empezar hay temas cuya
profundidad y sensibilidad es tan grande
que reducirlo a un tweet sinceramente es todo un ejercicio de soberbia, ya de
principio debería saberse que hay temas con los que no se debe frivolizar,
porque no es un tema baladí, es un asunto que cuesta vidas sin ir más lejos la
última este sábado en mi ciudad.
En segundo lugar, creo sinceramente que la mejor forma de
conocer la discriminación por sexo es hablar con las personas que la han
sufrido en sus carnes, para hacerse un retrato fidedigno de los múltiples
escenarios en la que está hace su presencia, estoy hablando de todas esas
mujeres que han sufrido alguna vez en sus trabajos insinuaciones sexuales, de
aquellas que cobran menos que sus compañeros haciendo el mismo trabajo, de las
que han sido despedidas o no renovadas por estar embarazadas, puesto que en sus
palabras , en sus lágrimas y en su lucha te toparas de frente con nuestro mayor
enemigo, este sentimiento de impotencia que te corroe por dentro cuando te das
cuenta que el mundo maneja desde hace siglos estas reglas y que tus únicas
opciones son bajar la cabeza y seguir las normas de este juego o iniciarte en
una batalla casa perdida de antemano (Como las que han tenido que lidiar las mujeres
que han denunciado acaso dentro del ejército por ejemplo). Es por esas luchadoras por las que he tenido la necesidad de expresar mi opinión,
porque su ejemplo me guía y sus éxitos son un pasito más hacia un mundo mejor y
como tal merecen todo el respeto del mundo, respeto que hoy sinceramente ha
sido dilapidado en veinticuatro palabras maliciosas.
Sinceramente, las personas somos complejas sea cual sea
nuestro sexo, cada uno de nosotros es un cumulo de sentimientos, anhelos,
miedos y perturbaciones, jamás llegas a conocer a una persona completamente y
la gran mayoría de las veces no te llegas ni a conocer a ti mismo, por eso es
imposible reducir todo lo que somos a un colorete y un pintalabios, juzgar un
libro por su portada te convierte en verdugo de una sociedad a la que es posible le cuesta rascar un poco y
mirar detrás de la imagen que todos mostramos
al mundo, por eso te digo que soy una persona como todas las que usamos
maquillaje, y como tal me interesan millones de cosas, tenme un mínimo de
respeto y no me reduzca a unos “potingues” porque mi maquillaje no me define y
mucho menos en 140 caracteres.
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